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06/12/01 - 863

El país en bancarrota


Las medidas económicas anunciadas intempestivamente por el Gobierno el fin de semana último sólo confirman que el país está en bancarrota y que la clase política no está a la altura de las circunstancias por su resistencia a renunciar a prebendas que la Argentina ya no puede pagar.

 

El Gobierno actúa con zarpazos de ahogado, con marchas y contramarchas, escondiendo la verdadera causa de la crisis, que no es otra que la total falta de confianza por parte de la población en los planos político y económico del país.

 

La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), considera que las medidas que se acaban de poner en vigencia son teóricamente importantes para blanquear la economía, pero también opina que como la Argentina no es un país con una situación económica ideal, lo único que se logra con aquellas es destruir la economía informal, sustento de mucha gente en una nación que posee un nivel de desocupación real superior al 20 por ciento. Lo que se consigue, en definitiva, es una mayor marginación de ese segmento de la población.

 

Las recientes medidas son la confirmación de que las autoridades nacionales siguen tratando de gobernar para una minoría selecta. No ataca las verdaderas causas del cáncer que corroe nuestra economía: la falta de crecimiento por el elevado gasto público que aspira los escasos recursos monetarios y eleva las tasas de interés a niveles insoportables para el sector productivo.

 

Si bien el Gobierno nacional y el ministro de Economía son las manos ejecutorias de este alienante declive que empobrece y resta esperanzas a la población, no es menor la responsabilidad de los distintos partidos políticos en la crisis que se atraviesa.

 

Estos, y los legisladores que los representan en el Congreso, hoy se rasgan las vestiduras y descargan sus críticas contra el Poder Ejecutivo, pero en su momento delegaron irresponsablemente las facultades para las que fueron elegidos por el pueblo y sólo legislaron para mantener sus prebendas, a sus paniaguados y a muchos de los intereses que perjudican el país.

 

CARBAP ve con suma preocupación que el tiempo del Gobierno se acorta y corre el riesgo de no finalizar su mandato. Sin embargo, cree que todavía está en condiciones de dar un golpe de timón si se pone del lado del crecimiento y encara las profundas reformas política, impositiva y financiera que el país y la producción requieren para superar la larga recesión en la que estamos sumidos.

 

El Gobierno tiene, tal vez, su última palabra.

 

06/12/2001.


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