Profundo pesar de CARBAP por el fallecimiento del Dr. Raúl Alfonsin
La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa expresa su profundo pesar por el fallecimiento del ex presidente de la Nación y principal referente de la recuperación democrática, Don Raúl Ricardo Alfonsín.
Desde CARBAP lamentamos la invalorable pérdida de un político excepcional, que defendía sus principios de forma apasionada, contundente y tozudamente, pero que por sobre todas las cosas, entendió que la práctica democrática implica la búsqueda permanente de consensos y dialogo entre los diferentes actores de la sociedad.
El reconocimiento de los argentinos está a la vista. Los valores que supo encarnar el líder radical, de los cuales hoy es símbolo, han demostrado estar por sobre las difíciles situaciones de contexto político-económico por las que atravesó durante su mandato. El pueblo entendió que un político honesto como Alfonsín puede cometer errores, pero sabe también que los mismos se encontrarán siempre dentro de un marco ético y moral que tienen como límites la república, la democracia y la libertad.
Muchos tendrán en su memoria las palabras dichas en una de sus ultimas apariciones publicas, en oportunidad de realizarse un homenaje a su presidencia "la intolerancia, la violencia, el maniqueísmo, la compartimentación de la sociedad, la concepción del orden como imposición y del conflicto como perturbación antinatural del orden, la indisponibilidad para el diálogo, la negociación, el acuerdo o el compromiso, han sido maneras de ser y de pensar que echaron raíces a lo largo de generaciones en nuestra historia. Y que por cierto, constituyen todavía hoy una de las principales rémoras y déficit con las que carga nuestra democracia".
Se ha ido un político con todas las letras, no un político de ocasión. Alfonsín fue un político de convicciones, de lucha permanente y fina sensibilidad, no de encuestas en mano, slogan vacío y puro marketing.
La muerte de un referente de estas características puede ser una buena oportunidad para que los argentinos reflexionemos sobre nuestra forma de construir el país, sobre la necesidad de tolerar las diferencias y poder resolver las divergencias de intereses en el marco de un debate con firmes convicciones pero siempre en el marco del respeto y la búsqueda del bien común.
POR LA LIBERTAD Y LA DIGNIDAD DEL CAMPO
Se agradece su difusión y/o publicación
Buenos Aires, Miércoles 1 de abril de 2009