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27/12/99 - 806

Agricultura debe ser Ministerio


La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) envió una nota firmada por su presidente, Señor Dardo Chiesa y el vicepresidente I, Señor Juan Lasarte, al presidente de la República, doctor Fernando De la Rúa, solicitándole que la Secretaría de Agricultura; Ganadería, Pesca y Alimentación sea elevada al rango de Ministerio.

 

El pedido responde al mandato de los más de 500 productores agropecuarios que participaron el 18 del actual en la asamblea convocada por esta entidad y que se realizó en la Sociedad Rural de Bolívar.

 

Allí se responsabilizó de los graves problemas del sector a la ausencia de una voz que represente sus intereses en las deliberaciones del Gabinete Nacional, presencia que hoy se hace más notoria por la necesidad del dictado de una política agropecuaria que permita superar los problemas del presente y dé sustento al futuro crecimiento del sector en el marco de la creciente competencia que enfrentan los mercados internacionales de productos agropecuarios.

 

Se adjunta el texto de la nota enviada el jueves último al doctor De la Rúa.

 

Señor Presidente de la Nación
Dr. Fernando de la Rúa

 

Tenemos el alto honor de dirigirnos a usted en representación de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa para solicitarle la elevación de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación al rango de Ministerio.

 

Más de 500 productores y dirigentes agropecuarios reunidos en la asamblea convocada por nuestra entidad el sábado 18 del actual en la Sociedad Rural de Bolívar coincidieron en que la importancia del campo y la profundidad de los problemas que hoy lo afectan y la restan competitividad amerita la presencia de una voz que interprete sus necesidades en el Gabinete Nacional.

 

Nuestro pedido no pretende desmerecer la función del Ministerio de Economía, ni que el Ministerio que solicitamos entre en colisión con aquél. Sólo apunta a una atención más equilibrada de una actividad que además de autoabastecer de alimentos al país contribuye con más del 60 por ciento del ingreso de divisas, pese a la caída de los precios internacionales de la agricultura.

 

La Argentina fue un país próspero durante los años en que los intereses del sector agropecuario fueron atendidos desde un Ministerio.

 

Las naciones más avanzadas del mundo también dan pruebas de ello. En los Estados Unidos, el secretario del Departamento de Agricultua es la novena figura en la línea de sucesión presidencial frente a una emergencia. Las políticas agrícolas desarrolladas por esa nación durante la última mitad de este siglo la convirtieron en la primera potencia agroalimentaria mundial.

 

En la Unión Europea, la agricultura constituyó la primera política común que tras la emergencia continental de la Segunda Guerra contribuyó a la estabilidad social y al empleo industrial que desembocaron en el boom económico europeo.


Estamos convencidos, y así lo sustuvieron los productores en la asamblea de Bolívar, que la ausencia de un ministro que transmita los problemas y la potencialidad del campo en el Gabinete Nacional es el origen de los graves problemas que atraviesan hoy las explotaciones agropecuarias.

 

Hoy el campo requiere la instrumentación de una política agropecuaria que permita su recomposición y dé nuevo impulso al crecimiento de los últimos años, particularmente en lo que concierne a diversificación, calidad y trazabilidad de nuestros productos y para la creación de otros nuevos. Creemos que esto sólo será posible hacerlo desde un ministerio, ya que la experiencia nos muestra que lo contrario ha sido la causa de nuestra actual postración. De allí el pedido que le formulamos, que no significa aumentar el gasto público debido a que ya existe la estructura necesaria.

 

Saludamos al señor Presidente de la Nación con nuestra mayor consideración, al tiempo que le deseamos el mayor de los éxitos en la difícil tarea para la que lo acaba de elegir el mandato popular, del cual formamos parte.

 

Buenos Aires, Diciembre 27 de 1999.


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