Jornadas de concientización

Ha transcurrido más de la mitad del año 2000 y más de siete meses desde que asumieron las actuales autoridades nacionales y el sector agropecuario no ve que se hayan adoptado políticas y decisiones que modifiquen el cuadro de falta de rentabilidad y endeudamiento que caracteriza a la mayoría de los productores del campo.

Las ilusiones de una mejora de las cotizaciones de los granos se han desvanecido y todas las actividades rurales continúan con precios sumamente deprimidos que impiden la inversión. Esta parálisis transmite sus consecuencias indeseadas a todo el comercio y las industrias del interior, agravando las dificultades socio-económicas que hasta las propias autoridades comunales vienen denunciando.

Esta situación preocupa profundamente a la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), así como también la inacción de las autoridades para superarla, pese a que hace pocos días reconocieron en un trabajo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación que el sector agroindustrial transfirió en 1999 más de 5000 millones de pesos al Estado y otros sectores económicos debido a políticas fiscales y proteccionistas que favorecen a unos y castigan a otros.

Si bien CARBAP tenía mandato para realizar un paro agropecuario, un nuevo análisis de la inestable y conflictiva situación social que abarca a todo el país la llevó a deponer esa decisión.

En cambio, realizará una serie de Jornadas de Concientización en el interior bonaerense y pampeano en las que las sociedades rurales, junto con las cámaras del comerio y de la industria de cada pueblo, elevarán a sus respectivas autoridades comunales sus inquietudes y las propuestas de medidas que se necesitan para eliminar los cepos que agobian y empobrecen al interior.

Es propósito de CARBAP que la sumatoria de las propuestas llegue a los gobiernos de las dos provincias para que tengan un diagnóstico más claro de las dificultades y de las necesidades presentes a fin de que adopten las medidas correctivas que son de su competencia e impulsen las que se demoran en el orden nacional.

Las autoridades nacionales son conscientes de la urgencia de incrementar las exportaciones para mejorar la economía y reactivarla. Pero también deben ser conscientes de que para lograr ese objetivo se necesita rentabilidad. La mejor prueba de ello fue la revolución productiva y el salto tecnológico que se produjo en la última década, y prueba de la ausencia de rentabilidad es también el estancamiento -y disminución en algunos casos- que exhiben hoy casi todas las actividades rurales, con sus secuelas de endeudamiento, ruptura de las cadenas de pagos, quiebra de productores, comercios e industrias y una creciente desocupación que obliga a la aplicación de planes sociales cuyo financiamiento se hace cada vez más dificil a los contribuyentes.

Buenos Aires, Julio 7 de 2000.