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19/04/02 - 889

El campo para porque tiene palabra


El campo iniciará el 28 del actual un paro de actividades de una semana de duración. Lo hará en cumplimiento de su palabra de no aceptar el incumplimiento de las promesas oficiales que aseguraban un futuro mejor para el conjunto de la sociedad argentina.

 

Como a los ahorristas, que les diezmaron el capital casi hasta su expropiación total, o los asalariados, que por la inflación les han bajado el sueldo a niveles insostenibles para una vida digna, o los desocupados, los pobres y los enfermos, a los que la asistencia llega cada vez más recortada y sin un horizonte de permanencia en el tiempo, al sector agropecuario se lo ha llevado a una encrucijada de la que la mayoría de sus integrantes no podrá salir.

 

El Estado nacional ha pasado por encima de las normas legales y aun de la propia Constitución para imponer sus criterios, sin vacilar en destruir las reglas que rigen el comercio de la producción agropecuaria.

 

Los productores rurales, que sembraron la cosecha con una expectativa favorable, ahora comenzaron a recogerla y se encuentran que no sólo se les ha cercenado la rentabilidad sino también parte de su capital.

 

Las promesas oficiales de no aplicar retenciones a las exportaciones, de que no habría IVA diferencial y de no dolarizar los precios de los insumos ni incrementar fuertemente los precios de los combustibles se han vaporizado tan rápidamente como la plata de los ahorristas y las esperanzas del pueblo. Por lo contrario, las promesas fueron reemplazadas por el fácil y reconocidamente ineficaz camino de aumentar la presión fiscal y deprimir los salarios para seguir tapando los agujeros negros generados por el imparable gasto público y de la política.

 

La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) ha esperado un tiempo más que prudente a la espera de un diálogo con el Gobierno que nunca se concretó. La falta de respuestas a los pedidos del sector es alarmante.

 

Por eso va al paro agropecuario, convencida de la justicia de esos reclamos y para darle al resto de la sociedad, que pasa por trances similares a los del campo, un llamado de atención de que por este camino que recorren las autoridades la Argentina no tiene presente ni futuro. El paro es el último grito desesperado antes de la muerte del sector.

 

Buenos Aires, Abril 19 de 2002.


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