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29/04/99 - 783

Adios a la aftosa


Con la finalización mañana de la vacunación contra la fiebre aftosa la Argentina cierra el último capítulo de una enfermedad que durante más de cien años provocó graves pérdidas económicas a la producción y a las exportaciones de carnes.

 

La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) se asocia al júbilo de los productores y las fundaciones de lucha que los agrupan, felicitándolos tanto a ellos como a sus dirigentes, técnicos y vacunadores que participaron en la campaña para la erradicación de la enfermedad por el logro que significa colocar al país entre los proveedores mundiales del circuito no aftósico.

 

Para alcanzar este objetivo, los productores, sin más apoyo que el de los eficientes programas de control y erradicación elaborados por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) , invirtieron más de 100 millones de pesos por año a partir de 1990.

 

Debe destacarse también la valiosa contribución que significó la vacuna oleosa desarrollada por el equipo de técnicos del INTA que dirigió el doctor SchÁ¶lein Rivenson, que facilitó la lucha contra la enfermedad por su eficacia y prolongada cobertura.

 

El éxito preliminar de la lucha determinó que tras la inexistencia de focos de aftosa desde 1994, la Oficina Internacional de Epizootias (OIE) nos reconocieses hace dos años como país libre de aftosa con vacunación. Esto nos abrió una serie de mercados del circuito no aftósico de más altos precios para las carnes, como los Estados Unidos, al que desde hace más de un año estamos abasteciendo de carnes frescas.

 

A partir de la prohibición de vacunar que regirá desde ahora se abre la instancia final para que la OIE nos confiera el status de país libre sin vacunación que nos permitirá llegar con nuestra oferta a naciones que, como Japón, todavía aplican la exigencia de riesgo cero.

 

El trascendental paso que se dará mañana hace acreedores a los productores del más caluroso reconocimiento a la vez que compromete al Senasa en su acción de policía sanitaria para que la aftosa pase a ser sólo un mal recuerdo.

 

El plan de lucha de la fiebre aftosa demanda una vez más el compromiso y el apoyo del productor agropecuario al engrandecimiento del país, a la vez de demostrar que cuando hay objetivos claros, y se asumen los compromisos, es posible tener éxito en el alcance de los objetivos. Esta metodología debería ser imitada en otros órdenes de la problemática nacional.

 

Buenos Aires, Abril 29 de 1999.


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