Queremos ayudar al Presidente

Ante la drástica salida del régimen de convertibilidad con paridad 1$ /1U$S, que rigió las operaciones contractuales y económicas en la República Argentina en los últimos 11 años, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa, (CARBAP) alerta al Gobierno Nacional, que a pesar de concordar con los fundamentos básicos del Presidente de la Nacion, Dr. Eduardo Duhalde, no se halla representada ni por la posición del Grupo Productivo, ni por el Ministro de la Producción, Dr. Ignacio de Mendiguren a su vez presidente de la Unión Industrial Argentina.

Las consecuencias desvastadoras sobre la rentabilidad de una brecha cambiaria, originada en 2 tipos de cambio, tendría el mismo efecto que el de un verdadero régimen de retención a las exportaciones. Aumentaría el riesgo de inversión y los rindes de indiferencia, dejando fuera del circuito productivo a miles de productores, lecheros y demás explotaciones intensivas.

La inseguridad jurídica derivada del abandono de la convertibilidad se traslada directamente tanto al endeudamiento patrimonial de los productores como a las relaciones contractuales, debiéndose respetar que el productor pague sus obligaciones con la misma moneda con que el cobra su producción. En el régimen de convertibilidad la moneda de uso legal fue el peso convertible 1 a 1. Si ahora la moneda de uso legal es el peso, todos los compromisos deberán ser cancelables con pesos, sin ser distorsionado su valor por una brecha cambiaria que bastardea el sistema.

CARBAP asume el compromiso de la hora, con la responsabilidad que esta requiere, pero también debe hacer un ferviente llamado a la reducción del gasto público en todos los niveles , sin el cual todo esfuerzo de recuperación del país será en vano.

Por último, CARBAP reitera el pedido de convocatoria a los verdaderos representantes del sector agropecuario, para poder así, desde el campo, y desde el interior del país, ayudar al Presidente Eduardo Duhalde a recuperar la grandeza de la Argentina que nos dejaron nuestros próceres y nuestros padres y que nuestros hijos merecen.

Buenos Aires, Enero 8 de 2002.