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23/09/02 - 904

Apoya CARBAP la continuidad de la banca pública


El achicamiento de la torta financiera a partir de la fuga de depósitos y capitales, el "corralito" y otras medidas económicas generaron una contracción de la actividad financiera y de los beneficios del sector que los bancos privados nacionales y extranjeros tratan de resolver con estrategias orientadas al estrangulamiento de la banca pública nacional y provincial.

 

Las pretensiones de que las instituciones oficiales nacionales y provinciales dejen de captar depósitos para que lo hagan solamente las de carácter privado convertiría a aquellas en "bancos de segundo piso" (bancos para bancos), cercenándoles así el acceso a su principal recurso financiero y privándolos de la posibilidad de generar políticas promocionales para el crédito y la inversión en las actividades que, como el campo y la agroindustria, pueden contribuir más rápidamente a superar la severa crisis económica que afecta al país.

 

La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) espera de las autoridades que no cedan a las presiones de los bancos privados, que en la mayoría de los casos han demostrado absoluta insensibilidad hacia sus clientes a partir de la serie de medidas económicas dictadas desde diciembre de 2001.

 

Debe destacarse en ese sentido que varios de los bancos que se decían extranjeros y con el poderoso respaldo de sus casas matrices para atraer a los ahorristas, no sólo fomentaron la fuga de depósitos hacia el exterior sino que a la hora de hacer frente a sus obligaciones aportaron poco o nada a la subsistencia del sistema en crisis y optaron rápidamente por retirarse del país.

 

Tampoco deben olvidarse renombrados bancos privados que a través de maniobras fraudulentas despojaron a sus clientes y hoy están cerrados y procesados sus principales directivos.

 

CARBAP apoya la continuidad de los bancos públicos nacionales y provinciales en las funciones para las que han sido creados y han cumplido tradicionalmente. Ellas nunca serán reemplazadas por la banca privada, que salvo escasas excepciones ha buscado el máximo beneficio inmediato, sin encuadrarse en estrategias de crecimiento como nación.

 

Los Estados nacional y provinciales deben hacerse cargo de la responsabilidad que enfrentan en esta cuestión y ser conscientes que no hacer frente a las presiones de la banca privada y de organismos internacionales enterrará para siempre nuestra autodeterminación y la capacidad de dictar políticas que promuevan la inversión y el crédito en las áreas que más interesen al país.

 

No nos oponemos al análisis de medidas que puedan contribuir a mejorar la transparencia y la administración de los bancos públicos. Sí a que dejen de cumplir su función de testigos del sistema financiero y de promotores del crecimiento.

 

Buenos Aires, Septiembre 23 de 2002.


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